Los científicos han nombrado 14 trampas evolutivas que podrían llevar a la humanidad a la extinción
Miscelánea / / November 21, 2023
12 de ellos ya se encuentran en etapas avanzadas y la amenaza de la inteligencia artificial no se encuentra entre ellos.
Al observar el mundo a través de la lente del continuo progreso tecnológico y médico, el futuro de la humanidad es alentador. Pero si profundizamos un poco más, queda claro que el éxito de los humanos como especie está lejos de estar garantizado. Los científicos de la Universidad de Estocolmo en Suecia así lo creen.
en su nuevo investigación Identificaron 14 trampas evolutivas diferentes en las que la población mundial podría caer y, en última instancia, conducir a la extinción.
Según los científicos suecos, parte del problema es que nos sentimos demasiado bien con nosotros mismos: nuestro dominio y éxito tienen consecuencias peligrosas. Pero, de hecho, la humanidad está experimentando ahora la llamada policrisis, cuando numerosas amenazas -desde el cambio climático hasta las pandemias globales- amenazan con poner fin a una era tarde o temprano Antropoceno.
Los humanos como especie son increíblemente creativos. Somos capaces de innovar, adaptarnos a muchas circunstancias y colaborar a una escala sorprendentemente grande. Pero estas capacidades tienen consecuencias no deseadas.
Peter Søgaard Jorgensen
antropólogo de la Universidad de Estocolmo
De los 14 posibles callejones sin salida evolutivos para la humanidad, cinco son designados como globales:
- simplificación (los sistemas se vuelven demasiado especializados para adaptarse, por ejemplo, monocultivos);
- el crecimiento por el crecimiento (la búsqueda continua del desarrollo, que es perjudicial para el bienestar);
- sobrepasar (utilizar más recursos de los que la Tierra puede proporcionar);
- división (conflictos internacionales);
- Infección (por ejemplo, enfermedades infecciosas).
Cinco más se denominan trampas tecnológicas:
- vinculado a la infraestructura (como es el caso de los combustibles fósiles);
- contaminación química;
- tecnologías existenciales (por ejemplo, armas nucleares);
- autonomía tecnológica (un ejemplo sorprendente es la inteligencia artificial cada vez más independiente);
- desinformación.
Las cuatro trampas restantes se denominan estructurales:
- cortoplacismo (prioridad de resultados rápidos en lugar de crecimiento a largo plazo);
- Consumo excesivo;
- desunión de la biosfera;
- pérdida de capital social local (donde un mundo cada vez más digital corta la interacción social y potencialmente contribuye a una mayor división).
Los científicos estiman que 12 de estas trampas se encuentran en una etapa avanzada. Sólo la autonomía tecnológica y la pérdida de capital social local aún no se han convertido en problemas graves.
Lo que es más alarmante es que estas trampas tienden a reforzarse entre sí. Esto significa que cuando nos adentramos en uno de ellos, nos acercamos mucho más al otro.
El panorama resulta bastante sombrío, pero los investigadores no pierden la esperanza de corregirlo todo. Según ellos, lo que ahora se necesita es una transformación activa, es decir, esfuerzos centrados en la solución coherente de los problemas existentes.
Algo muy sencillo que todo el mundo puede hacer es implicarse más con la naturaleza y la sociedad al mismo tiempo. Aprender sobre los impactos globales positivos y negativos de nuestras propias acciones locales. nivel.
antropólogo de la Universidad de Estocolmo
Peter Søgaard Jorgensen
Puede que seamos miopes y destructivos como especie, pero también somos creativos, ingeniosos y cooperativos, señalan los investigadores. Esto significa que hay esperanza de que nuestro destino aún no esté decidido.
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Moja la Manta. Nos mojamos :-( según los resultados, al niño y a mí nos enviaron a hacernos una prueba de diaskin. No se nos permitirá ir a la escuela a menos que vayamos al médico. Pedí salir del trabajo dos veces y me quedé una hora en la guardería para conseguir una tarjeta entre los ciudadanos que estornudaban. Subimos al cuarto piso de la clínica para ver al médico. Bueno, que se joda esta desagradable Manta. Fue un milagro que el niño y yo no contrajéramos el Covid; estaba en su apogeo en el otoño.
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