Cómo ser un buen oyente y construir relaciones con los demás
Miscelánea / / April 05, 2023
Diferentes situaciones en la vida requieren diferentes tipos de escucha.
¿Por qué es importante ser un buen oyente?
La buena comunicación es la clave del éxito cuando se trata de relaciones con los demás, y la capacidad de escuchar construye una base sólida para la confianza. Cuando utiliza la forma correcta de escuchar las circunstancias, permite que sus colegas, amigos y familiares sepan que son notados y apreciados.
Además, desarrollar las habilidades de un buen oyente le permite absorber nueva información más rápido y sentirse cómodo expresando empatía. Al mismo tiempo, para cada situación de la vida, debe elegir su propio tipo de escucha. Hay seis en total.
¿Cuáles son los tipos de escucha?
1. Crítico
Este tipo de escucha implica que analices la información que recibes y formes tu propia opinión en base a ella. Será útil en una conferencia, durante un taller y en cualquier otra situación en la que necesite comprender el flujo de hechos y opiniones y formular su punto de vista.
La escucha crítica ayuda no solo en el trabajo o el estudio, sino también en la vida cotidiana. Por ejemplo, cuando están tratando activamente de convencerte de algo o quieren venderte algo. Al conectar este tipo, puede ignorar el ruido informativo, leer entre líneas y formarse su propia opinión sobre todo lo que escucha.
Para mejorar su habilidad de escucha crítica, aprenda a distinguir entre hechos y opiniones, reconozca inclinación en las palabras de otros y pensar fuera de la caja. Confíe en la lógica, el sentido común y las relaciones de causa y efecto con más frecuencia, y también escriba lo que escuche. Esto le ayudará a analizar la información cuidadosamente y pensar racionalmente.
2. Pasivo
Es la capacidad de escuchar en silencio y con atención. interlocutorpermitiéndole hablar libremente y sin reaccionar a sus palabras.
Este tipo de escucha es adecuado para situaciones en las que la otra persona necesita resolver un problema personal o simplemente hablar. En este caso, te enfocas completamente en lo que escuchas, descartando tus propias creencias, pensamientos y reacciones.
La escucha pasiva es importante para construir relaciones sólidas con amigos, parejas y familiares. Permite que sus seres queridos sientan que están siendo escuchados y comprendidos.
Este tipo de escucha es similar a la escucha de apoyo, en la que usa líneas edificantes en una conversación que ayudan a la otra persona a abrirse aún más. Al mismo tiempo, es importante no cubrirse con la manta, sino solo ocasionalmente insertar sus cinco centavos.
3. empático
Al igual que la escucha pasiva, la escucha empática fortalece las conexiones con los demás y les hace sentir que están siendo escuchados. La diferencia es que en esta forma de escuchar haces preguntas que te permitirán empatizar con el interlocutor y entender lo que quiere de la conversación.
Para convertirse en un oyente sensible, debe abandonar los prejuicios y concentrar toda su atención en la otra persona y sus palabras. Otro detalle importante es aprender a sentirse cómodo con el silencio y crear un ambiente de apoyo.
Al hacerlo, debe estar abierto a opiniones y hechos alternativos y tratar de entender las emociones de otras personas y la experiencia personal. Es decir, incluso si no está de acuerdo con lo que dice su interlocutor, aborda la conversación con una mente abierta y aún así acepta sus sentimientos y punto de vista. Esto puede reducir significativamente el número de malentendidos en el futuro.
4. Informativo
Durante este tipo de escucha, te enfocas en comprender y recordar información desconocida, como en tu primer día en un nuevo trabajo.
La escucha de información te permite asimilar el conocimiento, ordenarlo, resaltando lo importante y descartando lo innecesario, y convertirlo en un verdadero catálogo en tu cabeza. Esta habilidad será útil cuando aprender, escuche podcasts y libros de divulgación científica, asista a conferencias o realice pasantías.
Para desarrollar la escucha informativa, manténgase enfocado, tome notas y haga preguntas de seguimiento para ayudarlo a absorber mejor la información.
5. Activo
Este es quizás uno de los tipos más comunes de escucha. Cuando lo usas, le muestras al interlocutor que estás completamente involucrado en la conversación. Este tipo se basa en la atención indivisa del oyente y su esfuerzo consciente por escuchar y comprender al hablante, así como por retener la información recibida.
Desarrollar la escucha activa es bastante simple. Usa el lenguaje corporal, como inclinarte ligeramente hacia adelante, para que la otra persona sepa que estás interesado en la conversación. No interrumpa, manténgase enfocado en todo momento y haga preguntas pertinentes que se basen en el tema.
La escucha activa es importante en todos los ámbitos de la vida. Pero, sobre todo, es adecuado para la resolución de problemas y la prevención de conflictos, así como para desarrollar habilidades de comunicación.
6. reflexivo
Este tipo es similar al empático y, al igual que el activo, se suele utilizar para salir de situaciones controvertidas. La esencia de la escucha reflexiva es repetir lo que dice la otra persona. Esta técnica permite que el interlocutor se sienta realmente escuchado.
Por ejemplo, si nota que se está gestando conflicto, puede dejar de lado la agresión y utilizar la escucha reflexiva para reducir la tensión. Muy a menudo, los conflictos se convierten en una competencia por el derecho a expresar su opinión o convencer a otros participantes. La escucha reflexiva permite que todos se calmen y establezcan un diálogo.
Al hacerlo, debe hacer pausas regulares y verificar si comprende correctamente lo que dice su oponente. Se sentirá seguro, porque ya no tendrá que luchar para que se escuche su punto de vista. Esto ayudará a establecer una buena relación.
Por supuesto, la escucha reflexiva puede ser complicada, especialmente si eres una persona de mal genio. Por otro lado, abandonar la idea de “ganar” una discusión y cambiar tu atención al punto de vista de la otra persona facilita mucho la comunicación. Quizás esto te ayude a aceptar sus ideas o él mismo comprenderá que sus argumentos están equivocados.
Si no es el mejor oyente por naturaleza, o tiende a hablar más que otras personas, haga más preguntas, interrumpa con menos frecuencia e intente profundizar en lo que le dicen. Esto ayudará a construir relaciones y alentará a otros a escucharlo con la misma atención cuando sea su turno de hablar.
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