Cómo lidiar con el miedo a la confrontación y aprender a defender tu opinión
Miscelánea / / September 14, 2022
Cambia tu guión personal y di “no” con más frecuencia.
Todos hemos tenido esta conversación aterradora. Con un jefe, un ser querido, un vecino o un hijo adolescente, sabes exactamente de qué tipo de conversación estamos hablando. Lo pospusiste hasta el último momento, pero ya no podía seguir así. Por aterrador que fuera, un día llegó el momento de hablar con franqueza.
Todos hemos experimentado el miedo a la confrontación al menos una vez en nuestras vidas. Por supuesto, la ansiedad ante una conversación importante y difícil es absolutamente natural. Sin embargo, si es tan fuerte que cada vez te impide expresar tu opinión, es hora de cambiar algo.
Cómo superar el miedo a la confrontación
1. Editar guión personal
Comience por definir la palabra "confrontación" en sí. ¿Qué significado le pones? Tal vez para ti esto sea una manifestación de agresión y lo trates como una batalla en la que solo puede haber un ganador. O tu experiencia pasada te ha enseñado que cualquier confrontación debe evitarse porque termina en dolor, resentimiento y arrepentimiento.
De hecho, la confrontación en su esencia es solo una diferencia de opiniones e ideas, y la expectativa de sus consecuencias catastróficas es nuestra. Profecía autocumplida. Trate de verlo desde un lado positivo. Cuando cambies el guión en tu cabeza, será más fácil superar la ansiedad.
El miedo al enfrentamiento nace en nosotros cuando lo tratamos no como un debate respetuoso, sino como una disputa emocional que definitivamente se saldrá de control e inevitablemente terminará con uno ganando, y el otro perderá. Una vez que comprenda que las diferentes opiniones no necesariamente conducen a palabrotas feas, puede ser más valiente al explicar su punto de vista.
Entonces, la próxima vez que tenga que hablar con otra persona o grupo de personas, deténgase y analice su comprensión de la situación. Asegúrate de entablar un diálogo sin negatividad. El estado de ánimo siempre afecta el resultado de una conversación.
Saber más👨👩👧👦
- ¿Qué son los escenarios familiares y es posible salir de ellos?
2. Aprende a "rockear el barco" con placer
Una vez que haya repensado qué es la confrontación, permítase disfrutar de "mecer el barco".
La única forma de conseguir lo que quieres es pedir y creer que es necesario. Por supuesto, no puedes controlar las reacciones y acciones de otra persona. Sin embargo, tampoco puedes obtener lo que no pides. Mientras sigas haciendo lo que haces, seguirás obteniendo lo que tienes.
Trate de abordar la confrontación con más alegría y humor. La risa te levanta el ánimo, alivia el estrés y te ayuda a conectarte con los demás, lo que significa que la conversación definitivamente funcionará.
3. Deshazte del deseo de complacer a todos.
El miedo al enfrentamiento suele estar asociado a la propia persona, y no a otras personas. Si te guía un deseo interior de complacer siempre a los demás, evitarás los conflictos. Como regla, tal actitud viene de la infancia, cuando quieres para complacer a todos alrededorpara ganar la aprobación.
Además, si crecemos en un ambiente negligente y demasiado crítico, nos resulta difícil defender nuestra posición. Aprendemos que es mucho más seguro permanecer en silencio y mantener un perfil bajo. Pero fue así en la infancia, y hace mucho que somos adultos y personas conscientes. Es hora de animarte Niño interior y dile que su opinión y pensamientos importan.
Intenta decepcionar deliberadamente a los demás. Suena un poco loco, pero funciona. Comience con situaciones en las que no hay mucho en juego, como responder un rotundo "no" a una solicitud de un pequeño favor, incluso si puede proporcionarlo.
Habilidad di no realmente puede cambiar tu vida para mejor. Esta simple palabra ayuda a establecer límites personales y así cuidarse. Cuanto más a menudo encuentre respeto por sus puntos de vista y deseos cuando dice "no", más fácil le resultará expresar su opinión.
Digamos que un ser querido te pide que pases por la tienda de camino a casa y compres sus dulces favoritos. Es fácil para ti hacer esto. Pero en lugar de decir "sí", diga "Lo siento, no puedo". No explique por qué a menos que quiera mentir e inventar una razón.
Al principio, la sola idea de no complacer a alguien puede asustarte. Pero con la práctica, obtendrá fuerza interior, se dará cuenta de que otras personas aceptan sus respuestas, comenzará a tomar la confrontación con mucha más calma y encontrará el valor para decir lo que piensa.
Tomar nota🙅♂️🙅♀️
- Cómo dejar de complacer a los demás: 5 pasos hacia la independencia
Cosas para recordar durante una confrontación
Hacer las preguntas correctas
Cuando preguntes sobre algo, sé inquisitivo en lugar de culpar a tu oponente. Intenta no solo escuchar, sino también escuchar a la otra persona. Mire la situación desde su punto de vista. Puede notar que accidentalmente se perdió algo importante.
No dividas todo en blanco y negro.
Tenga en cuenta que su oponente, al igual que usted, está tratando de comprender el punto de vista opuesto. Ten paciencia, incluso si falla. No seas demasiado categórico: tu tarea principal es entenderse y establecer un diálogo constructivo.
Encuentra puntos en común con tu oponente
Piensen en algo en lo que estén de acuerdo o de lo que puedan reírse juntos. No importa cómo discutamos con los demás, tenemos mucho más en común de lo que parece a primera vista.
Dar a todos una voz
Otro método que funciona bien en las confrontaciones es permitir que todos hablen libremente sin interrupción. Primero, uno habla, y el otro escucha, y luego con sus propias palabras dice lo que entendió de lo que escuchó. Si la interpretación es correcta, le toca a él explicar su punto de vista, que es resumido por el oponente.
Esta técnica ayuda a rastrear exactamente dónde surgen los malentendidos y resolver todos los malentendidos antes de que se conviertan en un conflicto serio.
Leer también🧐
- 12 formas comprobadas de decir lo que piensas, incluso si eres tímido
- 5 razones por las que está bien cambiar de opinión
- La paradoja de la tolerancia: por qué no puedes aguantar la opinión de otra persona todo el tiempo